MAASTRICHT/AMSTERDAM - Un residente de Simpelveld de 61 años, condenado en rebeldía a tres años de prisión en Bélgica por cultivo de cáñamo, está escapando a esa sentencia. También está escapando de una sentencia suspendida de dos años impuesta anteriormente, que ahora se ejecutaría.
Holanda no lo extradita a Bélgica porque la sentencia ya es firme. Los Países Bajos sólo extraditan a sus propios nacionales para una investigación penal y no para cumplir una condena. Así se lo comunicó el abogado del país al letrado Serge Weening del nativo de Simpelveld.
Aunque la llamada sala de entrega del tribunal de Ámsterdam había dado permiso para trasladarlo a Bélgica para su procesamiento, "esa decisión no puede ejecutarse, ya que el veredicto belga se ha convertido en irrevocable. Así lo han establecido también las autoridades belgas", escribió el abogado del país.
Detenido en septiembre de 2006 a petición de los belgas, el hombre acabó n detención por entrega. Esa detención se suspendió: tuvo que entregar su pasaporte y pudo marcharse, con la condición de que se presentara a la vista de su caso en Ámsterdam a principios de noviembre. "Así lo hizo", afirma Weening.
Bélgica tampoco puede pedir a Holanda que le deje cumplir su condena aquí. Podría hacerlo en virtud del "Convenio europeo sobre la validez internacional de las sentencias penales" (entonces este convenio permite que las sentencias penales se ejecuten fuera del país donde se dictaron), si no fuera porque Bélgica no es signataria de este convenio de 1970. La semana pasada, el Consejo de Ministros belga aprobó un "anteproyecto de ley" sobre el consentimiento a la convención.