MAASTRICHT - La policía y el ayuntamiento de Maastricht esperan haber asestado un duro golpe al tráfico de drogas de la ciudad con una redada a gran escala realizada anoche en varios locales de Scharnerweg.La redada tuvo lugar en el marco de la operación Borderlines, con la que la policía y el ayuntamiento, en colaboración con otros servicios de investigación, pretenden poner fin al tráfico de drogas y a las molestias en Maastricht y el sur de Limburgo. La acción de anoche, según el alcalde y jefe de policía Gerd Leers, es "sólo un anticipo" de lo que le espera al tráfico de drogas en su ciudad. La policía cerró ayer la calle Scharnerweg y los equipos de detención efectuaron una redada en el café Star y en el cibercafé Fes a última hora de la tarde. Se registraron los locales y se comprobó si todos los visitantes poseían estupefacientes y armas. Al cierre de esta edición, 12 personas habían sido detenidas. Los pubs habían estado bajo vigilancia policial durante algún tiempo, incluso tras las quejas del vecindario. Las observaciones revelaron que desde los cafés podían dirigirse traficantes de droga. Entre los visitantes habituales había "personas que trafican con grandes cantidades y están por encima de los narcotraficantes en la organización". El tráfico de drogas en Maastricht es difícil de atajar.En los últimos años, muchos centenares de narcotraficantes han sido arrancados de las calles, pero las organizaciones que están detrás consiguen sustituirlos en poco tiempo, señala la policía. "Funcionan como una empresa de logística", concluye el portavoz policial. "Hemos atajado el tráfico en el tramo de la A2, pero luego ves que los traficantes aparecen en otros lugares de la ciudad", dice Leers. "Se mueven, pero con Borderlines nos movemos con ellos. Les daremos caza".
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