La fiscal Carla Alberts pidió el miércoles ante un tribunal de Maastricht 42 meses de prisión contra tres hombres de Parkstad. Les acusó de privar de libertad a un vecino de Hoensbroek, en Heerlen. También le habrían propinado una severa paliza.
Los tres sospechosos - Nillis K. (34), Dave Z. (39) y Christiaan R. (30) - así como la presunta víctima son conocidos en el medio delictivo.
Robo
Al parecer, el hombre fue retenido durante horas en un cobertizo de Ganzeweide a finales de diciembre de 2017 mientras los sospechosos le exigían seis mil euros. Sus agresores le culparon del robo de un lote de tres kilos de pasta de anfetamina y 100 plantas de cáñamo.
Para reforzar su reivindicación, supuestamente le agredieron, amenazándole con torturarle y llevarle a un sótano de Lieja. En particular, se dice que Nillis K. - "un auténtico artista marcial"- se mostró muy agresivo. La presunta víctima pudo finalmente escapar. Se atrevió, según el fiscal, en un primer momento a no denunciar el caso por miedo.
Fábulas
Los abogados Theo Boumans y Sjanneke de Crom tachan de fábula la historia del declarante. La acusación no tendría más pruebas contra sus clientes que la declaración del "poco fiable e inestable hombre de Hoensbroeken". Él mismo tiene antecedentes penales y se dice que ese día en concreto estaba bajo los efectos de la coca y el alcohol. Creen que los jueces sólo pueden llegar a un veredicto: la absolución.
Academia de Arte Dramático
R., el único sospechoso presente el miércoles, negó las acusaciones. "Ese hombre debería ir a la escuela de arte dramático porque es bueno en eso. Yo no pegué ni di patadas. Y sobre los demás me callo". R. se encuentra actualmente en una celda alemana a la espera de juicio como miembro de una importante banda de ladrones.
Retersbeek
Durante el proceso judicial, se supo que Nillis K. y Dave Z. no se arriesgaron a presentarse ante el tribunal el miércoles. Querrían mantenerse fuera de la vista de la justicia y la policía porque los organismos de investigación los tienen en el punto de mira por su implicación en delitos graves. Hace quince días, por ejemplo, Nillis K. participó en la pelea que desembocó en el tiroteo de la aldea de Klimmen, en Retersbeek.