SITTARD - Existe una relación entre el asunto de corrupción de Limburgo, en el que varios funcionarios llevan ya semanas detenidos, y los bajos fondos.
Así se desprende del expediente penal del caso. Las conversaciones telefónicas intervenidas han revelado que el condenado por narcotráfico Christiaan van A. mantenía frecuentes contactos con el ex director de área Aart van der B. de la desacreditada empresa Janssen de Jong Infra a raíz del asunto de corrupción.
Según la acusación, Van A. -condenado a tres años de cárcel en una importante investigación por drogas, blanqueo de dinero y fraude- suministró un Fiat Barchetta con el que presuntamente se sobornó al funcionario Andy P. de Spijkenisse. Van A. tenía una empresa de transporte y construcción, que también recibía encargos de Janssen de Jong Infra. Aart van der B. preguntó a Van A., que también comerciaba con vehículos de segunda mano, si podía proporcionarle un coche. El Fiat Barchetta habría aceptado Andy P. a cambio de servicios a Janssen de Jong Infra.
Las grabaciones telefónicas fueron una de las pistas de la actual investigación sobre corrupción y sobornos, denominada "Cleveland". Se descubrió que Van der B. mantenía contactos con funcionarios de Limburgo. Esta información se sumó a los resultados de una investigación iniciada en julio de 2006, denominada 'Coropuna', sobre supuestas malas prácticas y actuaciones fraudulentas de funcionarios de varios municipios de Limburgo y empleados de Janssen de Jong Infra. Estas dos investigaciones dieron lugar a la investigaciónCleveland.
El presidente de la junta directiva de Janssen de Jong, Eric Krul, dice que no sabe nada de un vínculo con un caso de drogas. "Van der B. fue despedido por supuestas malversaciones, no porque fuera sospechoso en un caso de drogas". De qué malversaciones era supuestamente culpable Van der B., Krul no quiso decirlo.
