La fiscalía va a preguntar al FBI estadounidense si esa agencia tiene más datos sobre la conexión del sospechoso de terrorismo de Maastricht Mohammed G. con un simpatizante del IS en Somalia. Mientras tanto, G. seguirá detenido al menos otros tres meses, según dictaminó el tribunal de Rotterdam en una vista provisional celebrada el jueves.
El "yihadista de la puerta giratoria" Mohammed G., de origen kurdo iraquí, está actualmente detenido como sospechoso de estar (remotamente) implicado en el secuestro mortal de dos botánicos sudafricanos a principios de año. Rodney (74) y Rachel (63) Saunders se encontraban en una reserva natural de Sudáfrica buscando semillas de plantas raras. Fueron secuestrados, robados y (probablemente) agredidos mortalmente por una pareja sudafricana, que ya había sido señalada por las fuerzas de seguridad locales por simpatizar con el EI.
Bitcoins
Esta última pareja había estado en contacto con Mohammed G. en los Países Bajos desde 2015. La Justicia sospecha que el hombre afincado en Maastricht intentó comprar bitcoins con los datos de la tarjeta de crédito de Rachel Saunders. Esa compra, a su vez, podría haber estado destinada a financiar el terrorismo. También se le acusa de participar en una organización terrorista.
G. y la pareja sudafricana también estarían los tres en contacto con un tal Abu Hattem, vinculado al IS en Somalia. El FBI facilitó a la fiscalía holandesa mensajes interceptados en los que Abu Hattem habla de "mi equipo". Como los Países Bajos no tienen cooperación legal con Somalia, la fiscalía va a preguntar ahora al FBI si el servicio tiene más datos sobre los vínculos entre los cuatro.
Yihad
No es la primera vez que Mohammed G. es juzgado por un caso de yihad. Ya tuvo que comparecer en 2013 por un intento (fallido) de viajar a Siria. Entonces -por haber sido declarado completamente demente- tuvo que pasar un año en un hospital psiquiátrico. Tras ser puesto en libertad, volvió a intentar ir a la zona de conflicto, compareció de nuevo ante el tribunal y fue condenado a tres años de prisión, uno de ellos en suspenso con un periodo de prueba de cinco años. Puesto en libertad a finales del año pasado, fue detenido tres meses después en el marco de la investigación del caso de secuestro en Sudáfrica.