El 25 de marzo de 2011 se produce un robo en una tienda turca de Hoogezand. Mientras huye, el propietario de la tienda recibe un disparo. Varios testigos identificaron a uno de los sospechosos como el autor y se encontró su ADN en una prenda presuntamente abandonada en la vía de escape. El fiscal pide 7 años de prisión contra él.
El tribunal de Groninga, a pesar de las sólidas pruebas del expediente, dio la razón al abogado penalista de Maastricht, Serge Weening, que alegó la inocencia de su cliente en un ardiente alegato. En opinión del tribunal, había lugar para otros delincuentes.
Aunque durante la vista del viernes 13 de diciembre el fiscal siguió pidiendo una dura pena de prisión en el caso, la acusación no recurrió el veredicto. Weening dijo que presentaría una demanda de indemnización por el tiempo que su cliente estuvo detenido injustamente.