Un año y medio después de una tarde alborotada en Maastricht, Moussa O. (23) escuchará si pasará los próximos años en prisión. Aquel día apuñaló mortalmente a Jack Koker (55) en su casa.
La cuestión ahora no es si Moussa apuñaló hasta la muerte al cincuentón, sino por qué. El hombre de origen griego admite haber apuñalado a Koker, pero dice que actuó en defensa propia.
Dieciséis años
La justicia no se cree nada de esa lectura. Moussa y su novia fueron supuestamente al piso de Koker, en Koningsplein, en Maastricht, para comprar drogas. A la hora de pagar, el veinteañero griego habría apuñalado a su víctima. Si fuera por el fiscal, al sospechoso le caerían 16 años de cárcel.
Primero y mejor
La abogada Sjanneke de Crom quiere la absolución para su cliente y apunta a la legítima defensa. "No podía hacer otra cosa, hizo lo primero y mejor que tenía a mano ese día. Ese cuchillo. Y apuñaló con eso, para escapar de esa casa", dijo tras escuchar la alegación de la fiscalía.