Cuando se vendió un aparato de gran valor, resultó que estaba registrado como cerrado. Las investigaciones policiales y judiciales revelaron que el propio empresario había denunciado previamente el aparato a su aseguradora y a la policía como robado. Equivocadamente, según se comprobó más tarde. El empresario fue procesado por fraude al seguro (estafa) y denuncia falsa a la policía.
Aunque el Tribunal de Distrito de Maastricht consideró probado el caso y, por tanto, condenó al acusado, el Tribunal de Apelación de 's-Hertogenbosch no descarta la posibilidad de que el acusado cometiera un error administrativo en su momento. Dado que, en opinión del tribunal de apelación, se había producido un error, no había pruebas de intención alguna de favorecer al acusado. El tribunal de apelación tampoco considera que existiera intención alguna -ni siquiera en sentido condicional- en relación con la presentación de la denuncia falsa y absuelve al acusado también de ese delito.
El empresario fue asistido en el recurso por el Sr. Chris-Jan Kamminga, asociado a Weening Strafrechtadvocaten