Desde principios de año, 321 conversaciones entre presos y sus abogados han sido grabadas por el Departamento de Instituciones Judiciales (DJI). Un error, dice la cúpula de la prisión, pero los abogados están sin embargo preocupados.
Se trata de un problema nacional. El DJI no descarta que también se hayan grabado entrevistas en instituciones de Limburgo.
Conducta delictiva
Al menos una vez a la semana, los detenidos pueden realizar llamadas de 10 minutos a través del sistema de Telefonía para Detenidos. Esas llamadas son grabadas sistemáticamente por la DJI, según un portavoz, para "evitar que continúen las actividades delictivas durante la detención". Las llamadas a un abogado son una excepción; éstas se filtran en función del reconocimiento del número.
Cientos de conversaciones
Debido a un error en el sistema de Telefonía para Jueces, cientos de llamadas han quedado sin embargo registradas desde principios de este año. El error se descubrió en la prisión de Schiphol el 16 de septiembre. Al escuchar una grabación, resultó ser la llamada de un abogado.
Al parecer, el reconocimiento de números se saltó inadvertidamente cuando un recluso marcó 13 en lugar de 10 dígitos. "DJI y el Colegio de Abogados de los Países Bajos desconocían que esta posibilidad pudiera establecer una llamada", informó la portavoz de DJI.
No se escucha
"Estas conversaciones no fueron escuchadas por DJI. De hecho, hay registro en lugar de realizar, escuchar, grabar y volver a escuchar conversaciones. Las llamadas también se han eliminado del sistema de Telefonía para la Justicia", subrayó el portavoz del DJI. El Colegio de Abogados de los Países Bajos fue informado inmediatamente después del descubrimiento.
Cada vez que las excusas
El Colegio de Abogados habla de una "situación indeseable" pero, al igual que DJI, informa de que las conversaciones no fueron escuchadas y ya han sido borradas. Se ha informado a los abogados afectados. Entre ellos el abogado penalista de Maastricht Sjoerd van Berge Henegouwen. "Una y otra vez, parece que el poder judicial no puede resistirse a escuchar las conversaciones entre los abogados y sus clientes", afirma.
Van Berge Henegouwen puede hacer poco con la seguridad de que no se escuchó ninguna conversación. "Cada vez hay una excusa diferente y siempre es algo accidental. A estas alturas tengo claro que a la judicatura le sirve de poco el secreto profesional de los abogados".
Muy preocupante
El abogado Raimon Maessen también se muestra crítico. "Me parece muy preocupante. Son incidentes cada vez, pero es un fenómeno recurrente en los últimos años en los que las cosas siguen yendo mal en las prisiones. En mi opinión, la máxima prioridad es resolver adecuadamente las deficiencias de los sistemas en las instituciones."
Cuidadoso y sabio
Maessen califica de fundamental la comunicación confidencial entre cliente y abogado. "Sobre todo en un momento en que los derechos de los sospechosos se ven cada vez más mermados". Su colega Serge Weening coincide. "Debemos poder confiar en que podemos hablar libremente con nuestros clientes. Yo siempre les digo: 'Puedes decir lo que quieras'. Ahora soy un poco más reservado al respecto".
Weening confía en que el DJI manejó el asunto "con cuidado y prudencia". "Pero eso no quita que la gente pueda haber oído cosas que no debería haber oído".