Jack Koker murió apuñalado en su casa, en la quinta planta del piso ANWB de Maastricht, el pasado mes de mayo. Dos sospechosos siguen detenidos por el asesinato.
Se trata de O., de La Haya, de 22 años, que compareció ante el tribunal el miércoles, y de H., de Maastricht, de 41 años, que oficialmente no tiene domicilio fijo. Además, otras cuatro personas de La Haya son sospechosas de estar implicadas en el asesinato, pero no están detenidas.
En la vista previa al juicio ante el Tribunal de Distrito de Maastricht, quedó claro que tres personas entraron en casa de Koker la noche del 26 de mayo. Querían robarle cocaína y dinero. Se trataba de los dos sospechosos aún detenidos y de la novia de O., de 22 años.
Las circunstancias exactas y quién asestó las tres puñaladas mortales son aún objeto de investigación, según el fiscal David van Kuppeveld. "En el cuchillo que estaba en el salón sólo se encontraron restos de la víctima", dijo Van Kuppeveld. Lo que sí se sabe es que el cristal de la puerta principal estaba hecho añicos y que los autores se llevaron cocaína y un teléfono móvil. También quedan otras preguntas sin respuesta para la justicia, como por ejemplo cómo conocían los autores a Koker y sabían de la presencia de cocaína en la casa. Por ello, la investigación forense sigue su curso.
Golpeado
La abogada Sjanneke de Crom, de O., sostiene que, según la hipótesis preliminar de la policía, su cliente golpeó en la cabeza a Jack Koker, el segundo sospechoso supuestamente infligió el apuñalamiento.
O. es de La Haya, pero pasó varios meses en Maastricht, donde, según De Crom, trabajó como trenzador de acero en la construcción del cobertizo para bicicletas cerca de la estación de ferrocarril. O. se acogió el miércoles a su derecho a guardar silencio. El 10 de noviembre se celebra una nueva vista a la que también está citado H., de 41 años y natural de Maastricht. También entonces se conocerán más datos de la investigación.
El tubo fue encontrado pocos días después del asesinato.