LEEUWARDEN - Los tres hombres que presuntamente arrojaron a dos niños y una niña a un canal de Leeuwarden en la mañana de Año Nuevo niegan.
En una vista proforma sobre su caso, sus abogados abogaron el lunes por el levantamiento de la prisión preventiva. La fiscalía se opuso. Esta semana, el tribunal tomará una decisión. El fondo del asunto no se debatirá hasta más adelante. Los abogados aún tienen una lista de 11 testigos a los que quieren interrogar.
Según el fiscal Eelco Jepkema, está claro que el trío -dos hermanos de Leeuwarden de 21 y 24 años y un hombre de Assen de 39- es responsable de la violencia ejercida contra las víctimas. Estos últimos fueron arrojados al agua a lo largo del Voorstreek, les arrojaron bicicletas y ladrillos, les empujaron y les impidieron llegar a la orilla. Esto constituye un intento de homicidio.
Pero el abogado Serge Weening alegó que el anciano Leeuwarder no había empujado a nadie y que había acabado en el agua él solo. Como tiene una afección pulmonar, uno de sus compañeros fue tras él. Enfadado, al parecer forcejeó con la persona que le había empujado. Los sospechosos no habrían impedido a nadie salir del foso.
El abogado Bart Canoy, del hermano menor, argumentó, basándose en las imágenes de las cámaras, que no se podía culpar a su cliente de haber tirado una bicicleta, como se alegaba. Jantine Rouwé, abogada del hombre de Assen, consideró exagerada la acusación de intento de homicidio. El agua del canal aquella noche llegaba sólo hasta la mitad de las caderas, dijo.