La mayoría de los condenados en el caso de corrupción en torno a la empresa de construcción de carreteras Janssen de Jong Infra están siendo juzgados de nuevo en apelación desde ayer.
"Pido disculpas al juez, al fiscal y a la provincia de Limburgo". El ex funcionario provincial Jan S. está claramente más hablador este lunes al comienzo de su apelación contra su condena por aceptar sobornos de la empresa constructora Janssen de Jong Infra (JaJo) que durante la vista de su juicio en diciembre de 2010. Como en el caso de los otros condenados que recurrieron en este caso, no hay dimisión. Ostensiblemente sí hay arrepentimiento.
"Por consejo de mi abogado de entonces, conté al juez una historia que no se basaba en la verdad. No me pareció correcto. Ahora quiero contar la verdadera historia", dijo el lunes a sus abogados en el tribunal de apelación de Den Bosch. Por primera vez desde que el escándalo de corrupción salió a la luz a principios de 2009, el ex funcionario reconoció que se había pasado de la raya. Calificando las reformas de diez mil euros de su casa -pagadas íntegramente por la empresa constructora de carreteras- de "servicios privados" de "buenos conocidos en JaJo", ahora, después de todos estos años desde que fue levantado de la cama por la policía a principios de 2009, S. admite que aceptó regalos de empresa "que en realidad son comparables a una botella de vino de 1.000 euros". Sí, sabía que se había pasado de la raya profesionalmente, "pero nunca pensé que me perseguirían penalmente por ello".
S. admitió ayer con franqueza que el sentimiento de lealtad hacia Janssen de Jong llegó a ser tan grande gracias a los servicios de todos esos amigos que la empresa ocupaba de hecho el primer lugar en la lista a la hora de distribuir los excedentes presupuestarios y adjudicar los grandes trabajos. "La balanza apuntaba mucho hacia Janssen de Jong".
El antiguo funcionario se enfrenta aún a un año de cárcel y a una reclamación de indemnización a la provincia. Al igual que los otros nueve condenados, espera un veredicto más indulgente del tribunal. Los cargos han sido modificados en sus detalles. De este modo, la fiscalía espera al menos anular las cuatro absoluciones (parciales) de este caso, que no aportarán muchas novedades. A petición de la defensa, se tomó declaración a varios altos ejecutivos y altos cargos de JaJo, pero no se hallaron indicios de su implicación directa. Tampoco se descubrieron pruebas de la existencia de una cultura de corrupción en toda la empresa JaJo.
