Sale un chico con el pelo largo y rizado. Le acaban de notificar un delito. Buena suerte, le grita, con un guiño alentador, a un chico de pelo de punta que, con novia rubia de coleta, espera a que le llamen.Colegas entre sí. Hoy es día de siembra. Trampas para la lengua: Heerlens y Kerkrade.El abogado Kojak, como le llamamos nosotros, con el cráneo bellamente pulido, tiene mucho trabajo. Cuatro veces el joven abogado penalista tiene que trabajar. El primer cliente es Wiel. Mayor de 65 años. Pelo negro peinado hacia atrás con líneas grises. Rostro esculpido: Wiel pasó treinta años en las minas. Bajo tierra, en Alemania. Trabajó duro. Buena pensión, buena pensión estatal. Y sin embargo, Wiel montó una granja de cáñamo. Necesitas a tus vecinos. El vecino número 1 denunció anónimamente actividades extrañas alrededor del garaje de Wiel. El número 2 sintió un penetrante olor a cáñamo. Al número 3 le pareció sospechoso que Wiel y su esposa Jeannie vivieran en una opulencia cada vez mayor desde hacía tres años, de un modo tristemente inexplicable para este vecino. Wiel es directo, franco. Confesó inmediatamente. 'Uno' le pidió que cultivara plantas. 'Uno' envió a un electricista para las derivaciones técnicas. Las 164 plantas debían asegurar una cosecha de tres coma seis kilos.Wiel recibiría 9.000 euros de 'Men'.Quién es 'Men', Wiel no quiso divulgarlo por su seguridad.
Su esposa Jeannie lo declaró un tonto. Es demasiado avaricioso, dijo a los investigadores.Wiel presentó ante el tribunal otra explicación para su aventura con las drogas. Recibió una liquidación fiscal de miles de euros de Alemania, después de impuestos, por su periodo de trabajo allí. Wiel muestra un profundo remordimiento. Se castiga a sí mismo. Hace trabajo voluntario en una residencia. Allí toca el acordeón, para enfermos de demencia. Kojak hizo trabajos de defensa. Punto de partida: Wiel no consiguió inmediatamente el abogado de su elección, cuando hizo su declaración. Larga argumentación con referencias a sentencias internacionales. Conclusión de Kojak:Wiel absuelto porque su confesión fue obtenida indebidamente.
Kojak está tan convencido de su victoria que estalla cuando el juez, tras pronunciar dos sentencias, indica que Wiel está castigado. Kojak empieza a tirar papeles muy irritado. Debes comportarte, grita el juez. Kojak hace gestos de despiste. El juez está harto y amenaza con presentar una denuncia contra Kojak. Si Kojak sigue así, será expulsado de la sala. Wiel mira con los ojos muy abiertos a su abogado. Parece casi secundario que Wiel reciba un castigo. Aunque tenga que ir a trabajar cincuenta horas para la sociedad. Y tiene que devolver 9.000 euros de la cosecha de cáñamo. Y Kojak... Te veré unas cuantas veces más hoy y entonces las cosas deben cambiar de verdad, advierte la juez, como si hablara con su hijo rebelde. Kojak promete mejorar. Ya sale corriendo otra vez. Es hora punta. El cliente 2 está esperando. Plantación de cáñamo en Heerlen.