El padre Hub L. y la hija Rachelle L. fueron absueltos por el tribunal de Maastricht de su implicación en el asesinato de Mohamed Al Jader y Alan Gergeri, por falta de pruebas. La madre y el hijo menor de la familia L. fueron condenados a 15 y 13 años de cárcel.
Otro hijo y un amigo de la familia fueron condenados por deshacerse de los restos de las dos víctimas: 26 y 30 meses de prisión.
¿Abuso sexual?
El asesinato de Alan Gergeri se cometió en 2009. Según el tribunal, el hijo menor apuñaló a la víctima con un cuchillo y después le golpeó varias veces más con un pico. Según admitió él mismo, la víctima había abusado sexualmente de él durante años.
Deterioro de la responsabilidad
El tribunal rechazó un recurso de la defensa basado en la supremacía mental. Para determinar el nivel de la pena, el tribunal ponderó a favor del acusado el hecho de que sólo tenía 18 años cuando cometió el delito y que debía considerarse que tenía una culpabilidad disminuida.
Pistola
El asesinato de Mohamed al Jader, de origen iraquí, tuvo lugar en 2011. Entonces, la madre mató a la víctima con una pistola. La víctima era la pareja de una de sus hijas. La madre no estaba de acuerdo con la forma en que la víctima trataba a su hija (y nieta). Además, la víctima supuestamente amenazó al marido de la madre.
Ácido clorhídrico
Tras cometer el asesinato en 2009, el otro hijo y el amigo de la familia metieron los restos en una caja congeladora y se la llevaron. A continuación, introdujeron el cadáver en un barril y lo disolvieron en ácido clorhídrico. Los restos fueron arrojados por la alcantarilla. Tras cometer el asesinato en 2011, también disolvieron este cadáver en un barril de ácido clorhídrico y lo tiraron por la alcantarilla. No se recuperaron restos tangibles de ninguno de los dos cadáveres.
Signos de interrogación
El tribunal absolvió al padre y a la hija menor de la familia. Sin embargo, hay testigos que declaran que ambos también estuvieron implicados en uno o varios de los hechos mencionados. Sin embargo, el tribunal cuestiona estas declaraciones incriminatorias de los testigos hasta tal punto que sólo quiere utilizarlas como prueba si existen suficientes pruebas que lo corroboren. Este no es el caso. Por lo tanto, no hay pruebas suficientes para llegar a una condena.
Sin reapertura
El fiscal, el día antes del veredicto, todavía sugirió al tribunal que reabriera todos los casos. La razón es que la hija menor de la familia es fugitiva desde hace mucho tiempo. Fue detenida por la policía una semana después del cierre de la vista. Sin embargo, el tribunal no ve en ello ninguna razón para reabrir los casos.
Tras su detención, la hija menor fue interrogada por la policía. No declaró nada pertinente. Por lo tanto, no hay información nueva. Además, no hay nuevos hechos o circunstancias que demuestren que la investigación en la vista fue incompleta.