El abogado abogó por la absolución. Los cargos principales y subsidiarios no pueden probarse. Las declaraciones de la víctima son internamente contradictorias en muchos puntos y no pueden utilizarse como prueba en vista de la sentencia del Tribunal Supremo de 6 de junio de 2017 (ECLI:NL:HR:2017:1017). Las declaraciones de la víctima son decisivas en este caso. Es el único que ha declarado que el acusado supuestamente le ató y le agredió. La defensa ha solicitado interrogar a la víctima. Esa petición también fue concedida anteriormente por el tribunal, pero la víctima no compareció a ninguna invitación para ser interrogada en el juzgado de instrucción. A pesar de mostrar la iniciativa necesaria, la defensa no ha podido ejercer su derecho de interrogatorio. No se ofreció ninguna compensación a la defensa por la falta de oportunidad para el interrogatorio, lo que constituiría una violación del artículo 6 del Convenio para la Protección de los Derechos Humanos y de las Libertades Fundamentales (en lo sucesivo CEDH). Además, las declaraciones de la víctima tampoco están respaldadas por otras pruebas.
Tampoco puede probarse la acusación más subsidiaria. La acusación imputa al acusado una complicidad previa, mientras que su actualización indica una complicidad simultánea. Además, no se cumple el requisito de la doble intención. El acusado no tuvo intención de cometer el delito precedente y de hacer su propia contribución a ese delito. Por último, no puede probarse que el acusado prestara realmente ayuda. La mera falta de prevención de un delito no es complicidad criminal si no existe el deber legal de intervenir.