Freddy T. atrapado en una red de mentiras

'No paraba de hablar de ese abuso sexual. Yo quería que parara'.

La frecuencia de los abusos y el alcance de los mismos siguen sin estar claros durante el juicio de W. en 2001, ya que algunas de las declaraciones de Freddy son "manifiestamente poco fiables" según el fiscal. Freddy miente, y las mentiras siguen corriendo como un hilo por su vida. Son las mentiras las que hacen que la relación con su novia Nancy se desmorone durante cinco años. "Vivía en un mundo de fantasía", diría ella más tarde a la policía. No es violento, pero Nancy sí nota que los malos tratos han dejado profundas huellas en Freddy, en quien ve "dolor y tristeza en los ojos".

El dolor y la tristeza también parecen ser los principales motores del molesto comportamiento de Marita Schoenmaekers. "Voy a acabar con él", le grita a través del móvil a su novio en su última noche. Quiere dejarle porque le pega, le dice a Freddy. Y así, esa noche, el camarero la lleva a Breda en su Lada. Por el camino, la borracha Marita se pone a tantear, explica Freddy a la policía tras su detención: "Me puso la mano en la pierna. Yo no quería eso, tenía novia y ella lo sabía".

En la carretera Snijdersweg, en las afueras de Chaam, a mitad de camino entre Turnout y Breda, Freddy la sacó del coche. "Me golpeó con su bolso e intentó darme patadas. En un momento dado, me agarró la nuez de Adán. Fue entonces cuando me saltaron los fusibles".

Freddy aprieta la garganta de Marita hasta que deja de moverse. La vuelve a meter en el coche y conduce hasta la apartada calle Kloosterstraat, donde arrastra a la mujer aún viva hasta un maizal. Durante una reconstrucción, Freddy muestra más tarde a la policía belga cómo degüella entonces a Marita de dos golpes: "Sólo cuando estaba de vuelta en el coche con un cuchillo ensangrentado en la mano me di cuenta de lo que había hecho".

Tras el asesinato, Freddy regresa en coche a Rijen, presumiblemente a casa de su nueva novia José van E., donde la policía encontrará más tarde el cuchillo. El cadáver de Marita es encontrado al día siguiente por dos chicos. Como la policía cree que fue asesinada en Bélgica, la investigación se inicia allí. Una vez más, son las mentiras las que matan a Freddy cuando los belgas le oyen como testigo. En septiembre, es detenido. No hay que dar ningún valor a la confesión tan detallada que hace posteriormente, según su abogado Serge Weening: "Confesó porque quería ser extraditado a Holanda".

Bajo custodia, Freddy teje una mentira tras otra. Tras acusar primero a un cliente de un pub, más tarde intenta culpar del asesinato al "conocido criminal de la droga John J.". No parece casualidad que éste sea el nombre del antiguo líder de la tristemente célebre banda de Juliet. Por desgracia para Freddy, este John J. lleva años en la cárcel. No en vano, parece que ni la policía ni el abogado de Freddy han conseguido hasta ahora localizar a este otro John J..

Aunque Freddy afirmó que el tal 'John' mató a Marita en el campo de maíz, la policía sólo encontró allí restos de las Nikes de Freddy. Su afirmación de que John tiene poca credibilidad. Además, de forma incriminatoria, Freddy llevó su viejo Lada al desguace de Oosterhout el día después del asesinato. Ahora que la policía ha encontrado el cuchillo con restos de ADN de Marita en el dormitorio de su ex, parece que por fin se ha bajado el telón para Freddy. De que está enredado en una red de mentiras tejida por él mismo parece darse cuenta también en buena hora. Así, se sincera con la policía: "Comprendo que a causa de mis mentiras, ya nadie quiera creerme".

En los medios de comunicación
con causas penales en curso

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