La acusada, junto con su (ex)marido, eran culpables de estafar y robar a su madre, ya fallecida, que entonces tenía 77 años. Al hacerlo, la acusada y los coacusados vaciaron casi todo el patrimonio de la víctima en un periodo relativamente corto (de cuatro meses). El tribunal supone que la cantidad aproximada superó los 100.000 euros.
El tribunal de apelación, teniendo también en cuenta la declaración confesional realizada por el acusado en la vista de apelación, las circunstancias personales del acusado y la violación del plazo razonable, le impone una pena de prisión de 4 meses, totalmente suspendida, con un periodo de prueba de 2 años, y trabajos en beneficio de la comunidad de 240 horas.